Hoy 31 de octubre finaliza el mes en que recordamos especialmente a San Antonio María Claret, en su bicentenario. Tuve la maravillosa oportunidad de acompañar como mamá, a las chicas de 2º polimodal en su viaje misionero al Norte argentino. Agradezco a Dios haber vivido junto a ellas la experiencia de brindar el corazón a quienes más lo necesitan. En todos los lugares y escuelas que visitamos nos abrieron las puertas no solo de sus casas sino de sus corazones regalándonos su confianza. La pureza del cielo, del aire de los cerros, de la Quebrada, los colores del paisaje, se veían reflejados en las caritas felices de los niños, en la alegría de nuestras chicas que en juegos, bailes y canciones hicieron posible un intercambio de culturas con mucha naturalidad y sencillez. Las chicas llevaron a estos niños muchas cosas materiales que habían preparado y que ellos necesitan y en especial llevaron su corazón para compartirlo con quienes las estaban esperando... decubriendo una vez más que AMAR ES DARSE. Los docentes que acompañaron supieron en todo momento guiarlas con el sabio equilibrio entre firmeza y ternura... Termino estas líneas con la frase de una canción que se hizo realidad en esta experiencia solidaria y que dice: ¨Oh Claret quiero ser como vos, arder en caridad, ABRAZAR donde quiera que pase¨.
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