CUENTOS FANTÁSTICOS !!!

Por noveno año El cuento fantástico es un relato verosímil que es interrumpido por un hecho sobrenatural. En las horas de lengua y con la profesora Adriana Benenatti estuvimos trabajando esta clase de cuentos y estos son algunos de los resultados.

Un remedio inútil De Mercedes Romero Day No se sentía bien. Creía tener fiebre, notaba la cabeza muy pesada, más grande que lo normal, que le aplastaba el cuello. Tenía la vista un poco nublada; definitivamente estaba enferma.

Le costó un poco encontrar el termómetro, pero cuando lo tuvo en sus manos no fue difícil colocárselo. Esperó paciente por el “pip” del aparato, por ese sonido con el que sabría si la fiebre era la causa de su agonía. Finalmente se escuchó el ruido y miró el termómetro. Lo que veía era imposible: decía que su temperatura era de 33º…demasiado baja…Probó de nuevo…y otra vez…y otra más…siempre lo mismo. Pensó que estaba fallando y lo sacudió; pero al hacerlo, el termómetro se rompió, el vidrio se partió a la mitad.

El mercurio se separaba y volvía a juntarse en el suelo, liberado del termómetro que lo había aprisionado. Lo miró, sus gotas que bailaban y jugaban bajo sus ojos: de repente, sin embargo, notó algo extraño…El mercurio se arremolinaba y comenzaba a unirse, a cerrar los espacios de aire para formar una masa alta, oscura, silenciosa, siniestra…La nube de sus ojos congestionados no dejaba que viera con claridad, pero el cuerpo negro ante ella parecía una persona…

Sus amigos llamaban y no atendía, iban a visitarla y no abría la puerta…preocupados por ella, llamaron a la policía y forzaron la puerta de su casa. Allí la vieron, en el piso, inerte, blanca, fría…muerta…Inmediatamente contactaron a un médico forense, que luego de una rápida revisión afirmó que la causa del fallecimiento era una temperatura corporal demasiado alta, insoportable para el ser humano…¿Qué hubiera dicho el especialista si al voltearse hubiera notado el líquido gris que se filtraba por debajo de la puerta de la cocina, formando de alguna forma una masa oscura, en algún aspecto parecida a una persona…?

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Mamá, mi ángel

De Julieta Figueroa

Transcurría la tarde gris de este sábado lluvioso, me encontraba sola frente a la chimenea, donde el fuego ardía embriagando mis sentidos; cuando de repente una voz triste llamaba a la puerta, en ese instante el sonido de la voz me sobresaltó. Rápidamente comprendí que se trataba de un llamado a la puerta. Cuando la abrí, me encontré con una pequeña niña que lloraba y repetía inconsolablemente que había perdido a su mamá. Sin pensarlo, tomé un abrigo, a la niña en brazos y salimos en busca de su madre, ya caía la noche y la lluvia no cesaba, la niña no lograba encontrar la calma, lloraba desconsoladamente por su madre. Haciendo así, nuestra búsqueda más difícil y tenebrosa. El aliento no nos alcanzaba para seguir, de repente una luz blanca se apareció frente a nuestra cansada y exhorta mirada. En ese instante nuestros ojos encandilados y nuestros cuerpos poblados de miedo se detuvieron. La niña en ese momento dejó de llorar, su mirada me irradiaba paz y tranquilidad. Era como un ángel, que con su voz dulce y melodiosa nos indicó el camino a seguir, no salía de mi asombro para seguir. La lluvia había cesado y ya no teníamos más miedo. La luz desapareció. Entramos en el pueblo, una muchedumbre escandalizada estaba reunida frente a una abuela desesperada, que lloraba en busca de su nieta. Cuando logré acercarme comprendí que la niña por la que lloraba era la nena que había llamado a mi puerta. La anciana lloraba por la niña a la cual había criado, por la muerte de su madre.

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El extraño gato De Consuelo Arenas y Lourdes Puebla Aquella mañana Josefina se levantó por el ruido del reloj, ¿era hora de ir al colegio?, no podía ser, la noche había pasado muy rápido. Entonces, entró María, la madre de Josefina, y dijo ”Jose, vamos levantate, al colegio”. La niña todavía con sueño, se cambió lentamente, fue al baño, desayunó y salió rumbo al colegio.

Como todos los lunes, en la esquina se encontró con su amiga Milagros, y juntas caminaron hacia el colegio. Pasos después vieron correr a un gato, este se metió en un callejón; como les gustaban mucho los animales corrieron tras él. Al llegar al callejón sin salida, vieron al animal y lo acariciaron suavemente. Milagros miró su reloj y vio que ya era tarde, entonces dejaron al minino y siguieron su rumbo. Al terminar el callejón miraron hacia atrás para darle el último adiós al nuevo amigo y ya no estaba, había desaparecido...

Asombradas por lo ocurrido, siguieron hacia el colegio. Al llegar, todos sus compañeros y amigos las ignoraban, ¿por qué pasaría esto?, también cuando la profesora tomó lista, al decir sus nombres, ellas levantaron la mano y sus compañeros dijeron “ausente”. ¿Qué estaría pasando? ¿quedarían así para siempre?