Por Daniel A. Malfitani, profesor de FIH
A la hora de sentarme para resumir en pocas palabras la experiencia vivida este fin de semana, se me hace muy difícil encontrar las expresiones adecuadas... muchos sentimientos vienen a mi y las palabras no alcanzan para expresarlos a todos...
Un camino es un sendero, una huella que nos lleva a algún lugar, quizás recorrido por muchos otros... pero todos y cada uno, experimentan el camino de una manera única... del mismo modo 32 angelitos vivieron una experiencia única. Recorrieron un camino que otros ya han andado pero en el que ellas han dejado sus imborrables huellas...
Desde la salida, el clima de alegría se vivió en el micro que nos trasladó hasta la casa de retiro... la disposición era plena, el deseo de compartir juntos un fin de semana de reflexiones y encuentros era total... al llegar, recibidas por Madre Martha y Sol, se acomodan en las habitaciones y se dispusieron para comenzar las actividades...
El salón “de charlas” se vio adornado por estas 32 niñas sentadas en el suelo recortando y pegando papel, brillantina, pintando con colores... una imagen que estaba envuelta por la inocencia y la dedicación que los niños de salita de 5 nos regalan a la hora de hacer sus trabajos... estos angelitos comenzaron el camino con lo fundamental... una actitud inocente y predispuesta que solo el niño nos muestra, entonces recordé aquellas palabras del evangelio: “les aseguro, que quien no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él” (Mc 10, 15).
Sin duda el sábado fue el día que las atrapó en plenitud... en una jornada llena de invitados (Padre Mauricio, Hna. Mónica, Seminarista Gerardo, Patricia y Gustavo) que les enseñaron, por medios de la reflexión personal, a descubrir que no están solas en este camino... sino que hay gente muy querida que nos acompaña... los padres, hermanos, abuelos, amigos, etc.
Poco a poco fueron descubriendo que un caminante extraño (y no tan extraño) se les acercó para acompañarlas en distintos momentos de su vida, con una invitación... si quiere, te acompaño en el camino... una invitación a la que no vacilaron en dar respuesta y con mucho amor se abandonaron a la oración en un encuentro personal con Jesús sacramentado...
Sin pensarlo, se animaron a recorrer el mundo, como verdaderas misioneras, en la oración del rosario misionero, al que le “pusieron toda las fuerzas” a pesar del cansancio... no podía faltar el saludo a la mamá del cielo!!!
Una experiencia única e invaluable, no puede quedarse “bajo llave” y así lo entendieron, por ello no vacilaron en dar su compromiso para con el mundo... en hacerse caminantes misioneras... y en la “fracción del pan” sellaron su compromiso...
De todos los retiros que he vivido, debo decir que todos me han dejado algo hermoso, y este no es la excepción... pero a la hora de encontrar algunas palabras que resuman este legado solo vienen a mi mente 32: Florencia, Julieta, Paz, Georgina, Virginia, Catalina, Florencia, María, Julieta, Lucía, Josefina, Florencia, Carmen, Julieta, Pilar, María, Macarena, Paula, Gabriela, Luz, Carolina, Carla, Agostina, Carolina, Agustina, Cecilia, Emilia, Amalia, Amparo, Sofía, Martina, Rosario...
SIMPLEMENTE GRACIAS!!!
Un camino es un sendero, una huella que nos lleva a algún lugar, quizás recorrido por muchos otros... pero todos y cada uno, experimentan el camino de una manera única... del mismo modo 32 angelitos vivieron una experiencia única. Recorrieron un camino que otros ya han andado pero en el que ellas han dejado sus imborrables huellas...
Desde la salida, el clima de alegría se vivió en el micro que nos trasladó hasta la casa de retiro... la disposición era plena, el deseo de compartir juntos un fin de semana de reflexiones y encuentros era total... al llegar, recibidas por Madre Martha y Sol, se acomodan en las habitaciones y se dispusieron para comenzar las actividades...
El salón “de charlas” se vio adornado por estas 32 niñas sentadas en el suelo recortando y pegando papel, brillantina, pintando con colores... una imagen que estaba envuelta por la inocencia y la dedicación que los niños de salita de 5 nos regalan a la hora de hacer sus trabajos... estos angelitos comenzaron el camino con lo fundamental... una actitud inocente y predispuesta que solo el niño nos muestra, entonces recordé aquellas palabras del evangelio: “les aseguro, que quien no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él” (Mc 10, 15).
Sin duda el sábado fue el día que las atrapó en plenitud... en una jornada llena de invitados (Padre Mauricio, Hna. Mónica, Seminarista Gerardo, Patricia y Gustavo) que les enseñaron, por medios de la reflexión personal, a descubrir que no están solas en este camino... sino que hay gente muy querida que nos acompaña... los padres, hermanos, abuelos, amigos, etc.
Poco a poco fueron descubriendo que un caminante extraño (y no tan extraño) se les acercó para acompañarlas en distintos momentos de su vida, con una invitación... si quiere, te acompaño en el camino... una invitación a la que no vacilaron en dar respuesta y con mucho amor se abandonaron a la oración en un encuentro personal con Jesús sacramentado...
Sin pensarlo, se animaron a recorrer el mundo, como verdaderas misioneras, en la oración del rosario misionero, al que le “pusieron toda las fuerzas” a pesar del cansancio... no podía faltar el saludo a la mamá del cielo!!!
Una experiencia única e invaluable, no puede quedarse “bajo llave” y así lo entendieron, por ello no vacilaron en dar su compromiso para con el mundo... en hacerse caminantes misioneras... y en la “fracción del pan” sellaron su compromiso...
De todos los retiros que he vivido, debo decir que todos me han dejado algo hermoso, y este no es la excepción... pero a la hora de encontrar algunas palabras que resuman este legado solo vienen a mi mente 32: Florencia, Julieta, Paz, Georgina, Virginia, Catalina, Florencia, María, Julieta, Lucía, Josefina, Florencia, Carmen, Julieta, Pilar, María, Macarena, Paula, Gabriela, Luz, Carolina, Carla, Agostina, Carolina, Agustina, Cecilia, Emilia, Amalia, Amparo, Sofía, Martina, Rosario...
SIMPLEMENTE GRACIAS!!!
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