Al llegar, entramos tranquilos con "zapatitos de algodón" para no hacer mucho ruido, miramos todo con ojos grandes y atentos, descubrimos a Jesús, a María y al Padre Claret, les regalamos algunas canciones y hasta rezamos un poquito.
Nos encantó la visita y nos quedamos con muchas ganas de volver.
Al regresar a la sala recordamos todo lo que habíamos visto en la capilla y pudimos armar nuestro "Rinconcito de Jesús" en la sala. Ya nos estamos preparando para conocer a Nuestro Nuevo Amigo.
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