Jesús misionero, en tus manos queremos
dejar este proyecto solidario al norte, para que tú nos guíes y nos enseñes a
llevar tu Buena Noticia con nuestras acciones y palabras.
Enséñanos a trabajar unidos como
comunidad educativa siendo una sola familia y un solo corazón.
Ayúdanos a hacernos fácil el camino unos
a otros y danos un corazón sensible a las necesidades de los que más sufren y
carecen de lo necesario para vivir dignamente.
Jesús Maestro, cuida a tus discípulos para que movidos por
el espíritu de Claret y Madre Antonia sepamos trabajar hasta morir en tu reino
y plantar semillas de amor, de solidaridad y comunión entre todos los que nos
rodean.
Madre Inmaculada ilumina nuestra mente y
corazón para que todo lo que hagamos nos ayude a seguir las pisadas de Cristo y
nos trasforme en Evangelios vivientes. Amén.
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