“Cultivando el cambio con amor”
por Fabiana Calle, Ticiana Lucchini, Sofía Ramón, Pilar Zalazar y Sol Pinillos
Las preguntas son los tapetes de bienvenida, los que de todas maneras hay que pasarlos por arriba para abrir la puerta. ¿Será como lo espero? ¿El lugar será más o menos parecido a lo que imagino? ¿Qué tal la gente? Y así, como con todo lo nuevo que se emprende.
Todo grupo pronto a accionar tiene un lugar de reunión conocido por los integrantes, claro está, ese lugar es el Colegio Padre Claret. Con la ansiedad en los ojos, gestos de nervios y deseos de suerte cariñosos nos despedimos de los familiares.
Entregados a lo que el destino nos proponga sobre lo planificado ni imaginamos lo que pueda suceder. Y así llegó la primera puesta a prueba cuando por la Ruta 40 un objeto sólido, arrojado por niños, impactó contra un vidrio lateral del micro dejando éste totalmente trisado para luego desprenderse con ayuda del viento.
Imaginen ustedes, el grito de las señoritas quedando en el aire poniendo fin a sus canciones, los muchachos por su parte, algunos fueron testigos del preciso momento y a otros los alertó el alboroto de sus compañeros.
Y acá dibujamos un paréntesis, porque no atentaré contra las exageraciones –entendibles- de padres y madres. Y apelo ami suerte para que lo tomen con humor, como lo hicimos nosotros una vez que tomaron cartas en el asunto los adultos responsables.
Entonces… sí! Estamos todos bien.
Hubo que regresar hacia la ciudad y dirigirse a la base de la empresa para solucionar el inconveniente.
Finalmente retomamos el camino a las 19.30 hs, los cánticos se reanudaron y las lecciones de escuela fueron repasadas con divertimiento; Así llegamos a la Difunta Correa para nuestra primer parada de ruta.
El paisaje fue cambiando: la impactante luna menguante nos indicaba el Norte, la vegetación se achaparraba y el viento levantaba un polvo distinto al costado de los caminos.
Salta nos acogió con hambre y “La Monumental” supo complacerlo con un gran almuerzo. Con la panza llena y el corazón contento hicimos 3 horas más de viaje hasta llegar a San Salvador de Jujuy, donde estuvimos un solo día. Conocimos la basílica de San Francisco, la plaza central, recorrimos algunas calles de la ciudad e identificamos la casa de Gobierno.
Cumpliendo las primeras fechas gozamos de bendiciones y las reflexiones de viaje comenzaron a fluir. Los ánimos continuaron expectantes del porvenir y las emociones se abrieron paso.
Palpitando la historia
En el S. XIX los Incas construyeron vías de comunicación y para esto las postas o los tampus fueron establecidos. “Posta de Hornillos” (Patrimonio de la humanidad) es un ejemplo de ello y albergó a algunos de los grandes próceres de nuestra identidad como pueblo (Entre otros, Manuel Belgrano, Juan J. Castelli, José M. Paz, Martín M. de Güemes).
La regionalidad en la cocina se tradujo en verdaderos manjares que degustamos hasta con las manos. Es probable que las empanadas norteñas y el chivito acompañado con ensalada de este histórico sitio de paso de viajeros hagan agua la boca del que lea esta bitácora de viaje.
Humahuaca
Sus calles angostas empedradas soportaron nuestros pasos pesados a causa de los cargamentos recaudados que fueron guardados en La Casa de la Caridad. Una vez que terminamos esa tarea, a escasos metros, en el Hostal “Naty” desahogamos los suspiros de cansancio.
“Misioneros misionados”
Es un concepto con el cual cada vez nos relacionamos más. Pasan las horas y los valores se vuelcan en intensos aprendizajes.
Una vez en relieve de quebrada, las tareas planteadas son el corazón del viaje. El trabajo de todo un año da cuenta paralo que hemos venido.
“Simón Bolívar” es el nombre de la escuela que los alumnos de 4to año del secundario visitan en esta oportunidad.
Contamos con sus oraciones para que la Virgen de la Candelaria, patrona de Humahuaca, vele nuestros pasos.
Humahuaca, 15 de octubre
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